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Opinión Columna


¡Todas iguales!


Publicación:16-05-2017
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La realidad lacerante que todos los días viven millones de mujeres mexicanas debemos cambiarla y la podemos cambiar mediante una alianza mediante la sororidad

En la lucha por la igualdad y la equidad de género no solamente en el ámbito político, sino también en materia de derechos sociales, económicos y culturales, la Sectorial de Mujeres del Partido del Trabajo celebramos la Jornada de Capacitación para el Empoderamiento de las Mujeres.

Gracias al apoyo del Instituto Estatal de las Mujeres contamos con dos experimentadas especialistas: María Guadalupe Elósegui Martínez y Ramona Gámez Moreno, quienes abordaron el tema: Sororidad, la clave para construir el empoderamiento de las mujeres.

Pero ¿qué significa la sororidad?

La palabra sororidad se deriva de la hermandad entre mujeres, el percibirse como iguales que pueden aliarse, compartir y, sobre todo, cambiar su realidad debido a que todas hemos experimentado la opresión.

Sororidad hace alusión a la solidaridad entre mujeres en el contexto patriarcal; es decir, en un sistema social que no partió de la idea de que todo ser humano tiene un cerebro y una mente, sino de la falacia biológica por la cual se justificaba organizar la sociedad en función del sistema sexo-género.

Tal idea partió a su vez de clasificar a las personas en dos grupos por el hecho biológico de disponer de un sexo (pene o útero; dejándose fuera cualquier otro elemento) y asignó a cada grupo un papel definido desde la ideología del sistema social, por el cual el hombre (en la visión patriarcal) es superior en todos los sentidos a la mujer (la mujer patriarcal) y debe, por ende, asumir el control de la sociedad, incluido el cuerpo de la mujer.

Como sostiene la antropóloga e investigadora mexicana Marcela Lagarde: "La alianza de las mujeres es tan importante como la lucha contra otros fenómenos de la opresión y para crear espacios en donde la mujer pueda desplegar nuevas posibilidades de vida".

En este contexto surge el concepto de sororidad, una nueva experiencia intelectual y política entre mujeres que busca materializarse en acciones específicas para dejar atrás las sociedades patriarcales.

Así pues, como lo señalaron las especialistas, la sororidad es una nueva práctica del feminismo contemporáneo, que conduce a la búsqueda de relaciones positivas, de alianzas existenciales y políticas con otras mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas formas de opresión, así como a detonar el apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer.

La sororidad resulta de especial relevancia para empoderar a la mujer. Por ello, la asumimos como un factor que nos hermana y solidariza para seguir en la lucha por la transformación nacional con mayor fortaleza y mejor organizadas.

La realidad lacerante que todos los días viven millones de mujeres mexicanas debemos cambiarla y la podemos cambiar mediante una alianza mediante la sororidad.

Es decir, a partir de la hermandad solidaria de nosotras para luchar por puertas abiertas y piso parejo para todas iguales, con el fin de hacer valer los derechos a la paz, a la salud, al trabajo, a la justicia, a la vivienda, a la libertad, a la seguridad, a la educación, a la alimentación, al libre tránsito, a un medio ambiente sano, a participar en política y, sobre todo, a vivir libres de violencia y discriminación de cualquier tipo.

Precisamente por el derecho a vivir una vida libre de violencia, la Sectorial de Mujeres levantó la voz para rendir tributo a la compañera maestra Matilde Gil Herrera, con las demandas de justicia y castigo a los culpables materiales e intelectuales de su artero asesinato, ocurrido el pasado 5 de abril en la ciudad de Chihuahua.

Siempre recordaremos la vida y obra de la compañera Matilde, aquélla sacrificada y tenaz maestra de una escuela comunitaria, así como combativa y aguerrida fundadora del Comité de Defensa Popular de Chihuahua, organización hermana de nuestro movimiento urbano-popular.

Levantemos nuestras voces no para exigir un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha por Matilde y por todas las mujeres que han sido asesinadas por la fuerza del hombre.



« Redacción »


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