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Alertan autoridades sobre violencia contra menores


Publicación:17-08-2019
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Alertan autoridades sobre violencia contra menores

Monterrey, N.L.-La violencia en contra de menores de edad es cada vez más una situación que surge con más fre cuencia en entidades en desarrollo, y Nuevo León no es la excepción, por lo que ya hay focos rojos a atender en algunas localidades del área metropolitana de Monterrey.

Y es que se ha dado a conocer que  en la entidad al menos cinco municipios cuentan  con alto nivel de violencia infantil.

En el primer semestre del año el Sistema Na- cional de Protección de Niñas, Niños y Adoles- centes en Nuevo León, SIPINNA,  tiene detectados cinco municipios con mayor índice de re- portes de maltrato infantil.

Además de que  el número de registros va relacionado con el número de habitantes, revela una mayor incidencia que en el resto del estado, ex- plicó Jonathan Castillo Serrato, subprocurador de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.

“Tenemos como reportes, el número uno es de Monterrey y le sigue por ahí Escobedo, Gua- dalupe, Apodaca y Juárez, cuyos municipios, si me permiten la expresión, mes con mes se pelean los primeros lugares en relación a reportes de maltrato infantil, pero son en base a la población de niñas, niños y adolescentes que tiene cada uno de los municipios”, detalló Jonathan Castillo Serrato.

Se ventiló que las  leyes local y nacional señalan cinco tipos de maltrato infantil, precisó: el maltrato físico, el maltrato psicológico, la explo- tación, el abandono y trató de negligente, y el abuso sexual.

Pero es comúnmente denunciados por ser ejercidos hacia los menores, agregó, son el maltrato físico y el abandono y trato negligente.

Además de que  el maltrato son preocupantes y se deben de atender de inmediato, aseguró, sin embargo, cuando hay un reporte de abuso sexual, la atención es urgente.

“En algunas ocasiones directamente nos reportan abuso sexual y eso para nosotros es una alerta inmediata y vemos el caso de manera inmediata.

“Para nosotros es urgente todo el tipo de maltrato en contra de los niños”.

El índice de violencia se ha incrementado, no solamente Nuevo León sino en todo México, se- ñaló el subprocurador, aunque por fortuna, no hay focos rojos en el delito de abuso sexual infantil.

“Lamentablemente, lo que se da mucho es que papá y mamá no se pongan de acuerdo y por lo regular tienen esta situación de que no le avisan al papá o a la mamá, que que están separados, y se llevan a los hijos a vivir a un lugar distinto al que están viviendo y es lo que en determinado mo- mento se pudiera considerar un delito”.

Para estas acciones, hay denuncias frecuentemente se hacen ante  los Centros de Orientación y Denuncia (CODE), y es la Fiscalía la que da vista a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, cuando hay un caso de abuso se-xual y se requiere brindar atención especializada a la o el menor.

“Tenemos dos tipos de representaciones, la su-plencia, que es cuando papá o mamá por alguna razón no pueden representar al niño, nosotros in- tervenimos y también la asistencia de los niños, es decir, cuando en determinado momento papá, mamá o algún familiar, también necesitan el a- compañamiento de un profesional, sobre todo de un profesional en el ámbito de la psicología”.

Pero la razón por la que los casos de violencia infantil y familiar se presentan más en zonas co- nurbadas es porque ésta es multifactorial.

“Tiene que ver con cuestiones culturales, con cuestiones sociales, que lamentablemente como padres de familia, actualmente vivimos diariamente y descuidamos mucho la cuestión de nuestros hijos y en ese sentido, lo que sucede cuando hay alguna situación que nosotros no sabemos cómo reaccionar, lo primero que hacemos es reac cionar con violencia”, comentó.

Dicho lo anterior la  ley es muy clara al priorizar la unión familiar y desafortunadamente las es- tadísticas indican que el primer agente que ejerce maltrato infantil en general, es un miembro de la familia.

LOS AGRAVANTES

En las últimas décadas el estudio de la temática del maltrato infantil ha experimentado un considerable auge.

Pero usted debe de  saber ¿Qué es el maltrato infantil?, pues el  concepto de maltrato infantil puede definirse como toda acción proveniente del responsable del menor, ya sea por comisión u omisión, que pone (o puede llegar a poner) en riesgo la integridad tanto física como emocional o cognitiva del pequeño.

Uno de los aspectos determinantes que se ana-lizan para valorar la existencia o no de este fenómeno viene del estudio del ambiente en el que se desenvuelve el menor. Usualmente se habla de entorno desadaptativo o perjudicial cuando se dan diversos factores como una desestructuración a nivel familiar en la que se recurre frecuentemente a interacciones agresivas, escaso afecto, un nivel socio-económico marginal, un ambiente escolar disfuncional a nivel psicopedagógico, un entorno social carente de intereses, recursos culturales-ur banísticos insuficientes, o presencia de un ambiente conflictivo en el barrio.

Una definición sobre maltrato infantil similar a la expuesta es la que recoge la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas de 1989: “El maltrato infantil es toda forma de violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, que se da mientras el niño se encuentra bajo custodia de sus padres, de un tutor o de cualquier otra persona que le tenga a su cargo”.

En los tipos de maltrato infantil esta el  concepto de maltrato infantil ha ido evolucionando pa- sando de ser una práctica que en ningún caso se consideraba denunciable, hasta definirse como un delito.

La negación inicial de considerar el maltrato infantil como un fenómeno denostable se ha justificado tradicionalmente obedeciendo a tres principios principales: la idea de que el niño es propiedad de los padres, la creencia de que la violencia y la agresión son aceptadas como métodos disciplinarios adecuados y la falta de consi-deración de los derechos del menor como legítimos.

El maltrato físico como un tipo de comportamiento de carácter voluntario que provoca bien un daño físico en el niño o bien el desarrollo de una enfermedad física (o riesgo de padecerla). Tiene, por tanto, un componente de intencionalidad respecto a infringir un perjuicio al menor de forma activa.

Pueden distinguirse diversas tipologías de maltrato físico en función del fin que los progenitores deseen alcanzar: como forma de impartir disciplina, como expresión de rechazo al pequeño, co- mo expresión de características sádicas por parte del agresor o como consecuencia del descontrol ante una situación familiar conflictiva determinada.

El maltrato emocional no presenta la misma objetividad y claridad en cuanto a la posibilidad de delimitarlo. Los mismos autores lo conceptua lizan como el conjunto de conductas relativas a una interacción más o menos mantenida en el tiempo y que se basa en una actitud de hostilidad verbal (insultos, desprecios, amenazas) así como en el bloqueo ante cualquier iniciativa de interacción por parte del niño hacia sus progenitores o cuidadores. Poderlo acotar como forma de maltrato infantil es complicado.

Por otro lado, el abandono emocional se en- tiende como la ausencia de respuestas por parte de los padres que, de forma permanente, se muestran pasivos ante las demandas o señales que emite el menor sobre sus necesidades de interacción y conductas de afecto respecto de dichas figu ras parentales.

La diferencia principal entre ambos fenómenos alude, una vez más, a la intencionalidad de la acción; en el primer caso la acción es cometida y en el segundo, omitida.



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