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No gané por dedazo: Rubén Santiago


Publicación:04-09-2019
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"Quién iba a pensar que 33 años después el logotipo volvería a ser premiado. Pero lo que más me sorprendió es que no hubiera información del autor"

Ciudad de México.- René Santiago Hernández, vio un gran desplegado en un diario de circulación nacional, por ahí de 1983: "Concurso para diseñar el logotipo del Mundial México 1986". De inmediato pensó en su hermano Rubén, el diseñador gráfico que vivía en Dallas, en los Estados Unidos… "me lo mandó con mi papá que venía a visitarme, y el resto es historia".

era, la fama que le dio ser el creador de la imagen de la Copa del Mundo de México, que ha sido catalogada como la más hermosa en la historia de los Mundiales. "Y no fue dedazo, como dicen por ahí. Fue un concurso hecho y derecho, y lo gané".


Claro que lo ganó. Y lo ganó bien. "Quién iba a pensar que 33 años después el logotipo volvería a ser premiado. Pero lo que más me sorprendió es que no hubiera información del autor, nadie sabía que era yo… Ya lo sospechaba, hace algún tiempo me googlee y no apareció nada… Pero bueno, aquí estoy para decir que fui yo y también aclarar las 'fake news', no fue dedazo, fue un concurso legal, si hubiera sido así, otro hubiera ganado y yo no tenía que ver nada con Televisa".


La historia fue así: "Ya tenía seis años de diseñador gráfico, y me animó, me gustó el reto, aunque la verdad es que pensé que sería imposible que fuera a ganar".


Pero pudo más las ganas de enfrentarse al reto: "Me puse a trabajar. Lo primero era conseguir un concepto, una idea breve pero fuerte, que agarrara al público en general y en lo global. Que no se hubiera utilizado en otros Mundiales".


Muchas horas de pensar, de dar vueltas por la habitación, de mirar al techo hasta que la luz se encendió: "Un mundo unido por un balón". La frase estaba lista, el concepto ahora había que desarrollarlo.


"De ahí se deriva el logo, y no al revés como sucede muchas veces. Se hicieron muchos bosquejos, hasta que quedaron cuatro ideas, todas diferentes, las finalicé y ahora sí, a escoger el bueno y cuando ya lo tenía hecho, me tardé una semana en entregar el producto final".


El paso dos estaba listo, ahora venía el entregarlo. "Esa era cosa de mi hermano René. Se lo envié por mensajería y se fue a entregarlo al Club América. Me platicó que había filas enormes para entregar los proyectos. Según sé, para el logotipo se entregaron más de 7 mil diseños, para lo de la mascota, que al final fue el Pique, más de 11 mil".


Ahora venía el paso tres: Esperar. "No es que estuviera pegado al correo o al teléfono para que me avisaran, pero sí estaba al pendiente. Se tardaron un rato en declarar al ganador porque había mucha oferta. Se tardaron dos meses, y en marzo o abril del 84 me llamaron: ¡había ganado! La verdad es que comencé a saltar, era un buen premio económico, muy bueno y me daban cuatro juegos de boletos para todos los juegos que se desarrollaran en la ciudad de México, sólo fui al inaugural: Italia-Bulgaria, los demás se los di a mi familia, tenía que regresar a Dallas a trabajar… Me arrepentí, la final (Argentina-Alemania) estuvo buena".


Y no sólo creó el logotipo, su frase: "El mundo unido por un balón", fue la base para el himno del torneo. "Tomaron ese slogan. Me presentaron al compositor. Todos los que estuvimos involucrados en la canción, logo y demás, tuvimos una junta ejecutiva en Televisa, estábamos todos".


Vivió su momento de fama: "Me premiaron, y después fui a varios programas de Televisa, el que más recuerdo fue Hoy Mismo con Guillermo Ochoa, fui con mi papá. Me llevaron a varios programas de corte juvenil para promover la educación y la actitud de la superación, porque a mí nunca me gustó eso de 'ahí se va'… Promoví el nunca quedarse satisfecho con nada, bueno, así somos los diseñadores gráficos, tenemos mucha autocrítica".


La vida siguió su curso, y 33 años después, aquella idea que saltó de mirar al techo le hizo volver en el tiempo y reclamar, por qué no un poco de fama y reconocimiento, que a nadie le viene mal.



« El Universal »