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Publicación:21-09-2019
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La reconstrucción de la iglesia de los Ángeles

[Decía un eslogan musical de barrio: “Quien no conoce Los Ángeles, no conoce México”, haciendo referencia al salón de baile con ese nombre ubicado en la colonia Guerrero, muy cerca de la Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, cuyo templo desde 2017 está cerrado. Los sismos que ocurrieron en septiembre fueron clave para el colapso de la cúpula: el del jueves 7 la fisuró, el del martes 19 la agrietó y generó una inclinación de la linternilla hacia el lado norte, pero el que la derrumbó fue el ligero movimiento telúrico del domingo 24.]

México.? La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles es uno de los 2 mil 340 inmuebles que ha catalogado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con daños tras el desastre del sismo del 19 de septiembre de 2017. La cifra, asegura Salvador Camarena ?coordinador operativo del programa “Sismo” de la institución?, se fue modificando con los diversos censos, la denuncia de los habitantes de las localidades afectadas y a través de los recorridos que hicieron las autoridades durante el primer año.

De esta cifra, hasta el 1 de septiembre del 2019, se han restaurado 979 inmuebles:

?Hay lugares que han tenido mayor avance que otros. Tres estados están a punto de poner bandera blanca: Tabasco, Veracruz e Hidalgo.

Los estados dañados fueron 11, es decir una tercera parte del país se vio afectada; ocho de ellos tuvieron declaratoria por el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el INAH tiene reporte de 500 municipios que están en la lista, lo que garantizó el recurso suficiente para la reconstrucción del patrimonio cultural.

El dinero, la reconstrucción y la Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, el monumento más afectado de la Ciudad de México, provocaron esta plática con autoridades del INAH y del mismo templo que acaba de festejar la fiesta patronal.

Los datos del sismo

Eran las 23:49 horas del 7 de septiembre de 2017 cuando en el Golfo de Tehuantepec, al suroeste de Pijijiapan, Chiapas, se registró el epicentro de un movimiento telúrico. El sismo era el primero que sacudió al país durante ese mes. El segundo fue el 19 de septiembre, el epicentro ocurrió a 120 kilómetro al sur de la Ciudad de México.

?Nuestro director [Diego Prieto] ha dicho: ‘No se trata de que los sismos hayan sido movimientos jacobinos, pero particularmente lo que dañaron fueron templos’. El 90 o 95 por ciento de los daños que ocurrieron al patrimonio histórico fueron a esos monumentos, básicamente por dos cosas: falta de mantenimiento y las intervenciones mal hechas, porque no se ha comprendido que son construcciones especiales, que no pueden aceptar cualquier tipo de material ?dice Salvador Camarena.

El INAH ha trabajado toda la reconstrucción a través de fases. La última, que es la entrega de los inmuebles, está pensada para 2021:

?Es una fecha difícil ?asegura el coordinador?, pero estamos en condiciones de tener la gran mayoría, más de 90 por ciento de los inmuebles terminados. Algunos no podrán ser entregados por la complejidad de la restauración, pero serán los mínimos.

La primera etapa de la reconstrucción consistió en fragmentar los daños: el menor, que son fisuras leves, que fueron reparadas rápidamente; las moderadas, que tenían colapsos que no comprometían la estructura; y los severos. Así dividieron la estrategia con el fin de otorgar el recurso que se tiene, para iniciar la segunda fase, que es la restauración.

Desde 1999, explica Camarena, el Fonden reconoció que cultura y monumentos históricos eran sujetos de apoyo. Además, en ese año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público exigió que todas las dependencias federales tuvieran un seguro que cubriera este tipo de daños. A los dos fondos se sumó una tercera bolsa para la reconstrucción del patrimonio: las aportaciones que hicieron otros países, así como las donaciones de la comunidad y organizaciones a favor de la cultura:

?En el Fonden tenemos mil 252 inmuebles registrados; es decir, 5 mil 800 millones de pesos podemos disponer de este fondo; del seguro son 3 mil 500 millones de pesos por cada evento, en este caso fueron dos, el del 7 y el del 19. Por eso tenemos una solidez muy grande para enfrentar el desastre.

Para la reconstrucción iniciaron con el fondo del seguro, porque “era mucho más cercano, más asequible, y porque el Fonden pidió que primero termináramos con el dinero del seguro”.

Todo este proceso para el INAH ha sido de aprendizaje, de errores y aciertos, porque “el sismo llegó sin manual”, apunta Camarena, quien dice que no encontró cómo poder resolver un problema de este tamaño. Las respuestas han ido dándose poco a poco, conociendo cada caso e investigando posibles soluciones:

?La cifra de 2 mil 340 es un número que se dice en cinco segundos, pero cuando podemos confrontar con algún ejemplo, ir a un templo que esté roto y multiplicarlo por la cantidad de daños es cuando se adquiere la verdadera dimensión: 2 mil 340 podrían ser 5 mil y no dicen nada; pero cuando vemos el templo, vemos los daños, y podemos comprender la dimensión del desastre.

La cúpula destruida

La parroquia sin cúpula

Cirilo Colín Gómez llegó a la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles hace ocho años. Este 2019 el párroco dejará el sacerdocio; por su edad, la iglesia le ha pedido que se retire. Los últimos dos años de actividad los ha estado ejerciendo en el garage de la parroquia y en una pequeña capilla que instalaron con ayuda de los feligreses.

?La comunidad añora el lugar ?dice en el cuarto de la sacristía, un espacio que fue reacondicionado.

Ahora ahí es una oficina, pero también es el lugar en donde el padre guarda su túnica:

?Ese día después de la grieta [19 de septiembre del 2017] vinieron algunas autoridades, a las que les corresponde la atención de estos edificios, y, según ellas, la cúpula todavía aguantaba y ofrecieron que el lunes siguiente [25 de septiembre] vendrían a comenzar los trabajos de reforzamiento. Pero el domingo alrededor de las 4 de la tarde se desplomó y así hemos estado hasta el día de hoy.

Después del desplome vinieron los avisos al INAH, el limpiar la zona y descubrir el descuido que presentaba el templo. El párroco está consciente de ello:

?El edificio estaba gritando que se le apoyara, que se le diera una buena intervención, la cual ya se venía trabajando, pero pues con toda la burocracia que a veces se vive nunca se logró hacer trabajo de fondo.

Hace cuatro años, en 2015, fue que la Parroquia iba a entrar en proceso de restauración. En aquel momento iban a destinar, según Colín Gómez, 10 millones de pesos para intervenir el edificio, pero nunca se vieron los trabajos reflejados:

?Sólo fueron trabajos de escritorio, como han sido en estos dos años que las autoridades sólo han venido a hacer estudios.

Salvador Camarena explica que reconstruir es tener un profundo estudio del edificio, porque son inmuebles que fueron construidos del siglo XIX hacia atrás, con una lógica constructora diferente a la conocida actualmente:

?Por lo tanto, para nosotros el término restaurar implica un profundo estudio de daños que se ha ocasionado y el conocer el tipo de material para poder rehacer el templo como estaba.

?Desde el punto de vista de los restauradores, todos los templos son susceptibles de ser restaurados ?afirma Salvador Camarena, también director de obras del INAH.

Su comentario es porque los feligreses sugerían que tiraran el pedazo de cúpula y levantaran otra para que se acelerara la reconstrucción, “pero no podíamos, porque teníamos que hacer un estudio para ello”, recalca Camarena:

?Esto provocó incluso seminarios a nivel internacional, en donde participó un gran conocedor de la restauración, quien ahora está trabajando en Notre Dame; pero hicimos seminarios con él para poder tener mayor certidumbre de lo que íbamos a hacer como proyecto y que fuera el más adecuado.

Tres etapas de reconstrucción

Entre los estudios científicos estuvo el certificar que el inmueble tiene la resistencia para poder aguantar la reestructuración de los daños, de tal manera que ?tras estas investigaciones que llevaron dos años? la Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles plantea tres etapas de reconstrucción: la primera se constituye en instalar todo el andamiaje que detenga la cúpula y los arcos que están intermedios:

?Ya se tienen todos esos estudios. Ahora estamos a punto de iniciar. En el mes de octubre va a estar en actividad el montaje de andamiajes. Para después poder empezar con la reconstrucción de la cúpula y terminar con los daños internos de fisuras y grietas, esa es la tercera fase de la restauración de bienes muebles que está en el interior. Para todo ello, el presupuesto está calculado en el orden de los 25 millones de pesos.

El día que la cúpula se desplomó fue un domingo. Algunos restos cayeron al costado de la iglesia afectando a una escuela de educación básica: nadie salió lastimado, pero la calle por la que se accedía a la iglesia, desde ese momento, está cerrada.

El sacristán de la parroquia, Marco Antonio Fuentes, detalla que además hubo agrietamientos en varias partes de los muros, cayeron macizos encima, pero el daño que más causa preocupación es el del arco sur, porque las piedras claves se colgaron y éstas son las que sostienen todo el arco principal.

Adentro de la iglesia el arco está sostenido con andamios, sus paredes lucen ligeramente inclinadas y las grietas que parten el techo provocan una sensación de inseguridad. En la mitad del recinto hay un hoyo medianamente profundo: fue en donde cayó la cúpula:

?Aquí en esta parte, en donde estamos parados, había una montaña de dos metros de altura de puro macizo y escombro. En cuestión de pérdidas no hubo daños a piezas, pero sí se hicieron los trabajos de retiro y limpieza, el arte sacro no sufrió mucho, sólo un santo sepulcro se destruyó completo. La virgen no sufrió ni un rasguño.

Es este símbolo el que ahora está encapsulado al fondo de la iglesia. Después de que el INAH hiciera la primera inspección, se decidió taparla con madera. Sólo la han abierto en una sola ocasión: el pasado 2 de agosto para la fiesta patronal:

?Porque la gente quiere ver la imagen. El primer año sí tuvimos que negociar y nos pusieron unas pantallas en donde se transmitió en directo la imagen a través de éstas.

Para este año se permitió que se abrieran las puertas de la parroquia y la gente desde ahí la observó:

?También sirvió para conscientizar a la gente, porque quiere la calle abierta. Además, los papás necesitan sus instalaciones de la escuela. Pero a raíz de la fiesta la gente, desde la puerta, vio que no es tan fácil y ya conoció la magnitud del problema.

La unión del barrio

La Parroquia de los Ángeles es uno de los templos más simbólicos en el culto mariano, que era promovido por los franciscanos. En 1580, cuando la Ciudad de México sufrió una inundación, se encontró la imagen de la Virgen de los Ángeles, pero hasta 1890 fue que se edificó su iglesia.

?Son más de 400 años de la imagen con el pueblo ?subraya el sacristán Marco Antonio Fuentes?. Es una estructura arquitectónica que ha dado vida, a pesar de que estamos dentro de la colonia Guerrero, a este barrio. Porque se le conoce como el barrio de Los Ángeles. Le da nombre al salón de baile. Entonces es una parte clave dentro de esta comunidad.

Por otro lado, el párroco Cirilo dice que ha disminuido la asistencia a la iglesia provisional:

?Porque aunque no se ha dejado de atender a la gente, no se tiene el espacio suficiente. Los domingos celebramos en un salón que fue acondicionado, pero no tiene el mismo espacio que la iglesia, no tiene el mismo sentido que da un templo.

Salvador Camarena, durante sus investigaciones, se percató de esta organización de la colonia a favor de la reconstrucción, por ello afirma que su participación ha sido ser claros en términos de la necesidad del templo para que estos espacios tengan un mantenimiento permanente y de esta forma tener la certidumbre que no haya daños de este tamaño. También afirma que el sismo provocó que el INAH pudiera reflexionar sobre varios movimientos; es decir, cambió la relación de la institución con la iglesia, cambió la relación de la iglesia con su comunidad y de la comunidad con el Estado:

?Pero son dos puntos importantes a los que debemos de prestarle atención: el primero es que tenemos que entender que hay una corresponsabilidad de la iglesia para ofrecer mantenimiento a estos espacios y el segundo es enseñarle a la comunidad a cuidar los templos; es decir, enseñarles técnicas para que puedan conservar su propio templo.

Marco Antonio Fuentes dice que la idea que ha tenido el gobierno es dejar la iglesia como nueva, dejarla lo más parecido a la arquitectura original. Es por eso que “la gente sí está esperando la reapertura”. Mientras tanto, el párroco Cirilo Colín saldrá de la iglesia en los próximos meses. Ya no ofrecerá otra misa en este espacio:

?El INAH ha prometido que el trabajo fuerte para que vuelva a estar en servicio el templo será de dos años ?finaliza?. Yo lo veo difícil, pero espero que lo logre.



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