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1° de octubre, Día Internacional de la Música


Publicación:02-10-2019
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Propone el Consejo Internacional de la Música mitigar el ruido y promover la paz. 

México.— Con un llamado a guardar varios minutos de silencio para escuchar música en espacios públicos como parques y plazas, este primero de octubre se celebra el Día Internacional de la Música.

      La idea de la celebración —que se realiza cada año desde 1975— se atribuye al director de orquesta de origen estadounidense Yehudi Menuhin (1916-1999), quien fue apoyado en su iniciativa por la Sociedad Internacional de Educación Musical. Su propósito fue fomentar el arte musical en todos los sectores de la sociedad y estrechar los lazos de paz entre los países.

      En un comunicado, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) subraya que Yehudi Menuhin, quien fuera uno de los mejores violinistas del siglo XX y presidente del Consejo Internacional de la Música, difundió una carta el 30 de noviembre de 1974 dirigida a los miembros del Consejo sobre la importancia de instaurar esta celebración.

      Su propósito era también promover la paz entre las naciones mediante el arte sonoro que invariablemente rebasa fronteras e ideologías. Esto para el músico sería una muestra de la evolución de sus culturas, de intercambio de experiencias y de apreciación mutua de sus valores estéticos.

      Para el cumplimiento de estos objetivos, Menuhin propuso realizar eventos musicales a los que serían invitados los principales compositores, intérpretes y musicólogos, además de organizar conferencias, reuniones de artistas, concursos musicales, exposiciones de instrumentos, discos, carteles, punturas, esculturas, caricaturas y fotografías sobre el tema.

      Con lo anterior, Yehudi Menuhin —quien tuviera la fortuna de trabajar con un violín stradivarius— no solo buscó reducir la contaminación del ambiente por ruido, sino fundamentalmente fortalecer los lazos de paz entre culturas y países. Su propia vida fue, en ese sentido, un claro ejemplo de ello, pues fue el primer músico judío en regresar a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947, para tocar con la Orquesta Filarmónica de Berlín, en un franco acto de reconciliación.



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