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Los significados de la caída del Muro


Publicación:10-11-2019
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El 13 de agosto de 1961, la RDA comenzó a construir una muralla para impedir la migración de sus habitantes al lado occidental.

Este sábado, a 30 años de la caída del Muro de Berlín, haremos un breve recuento de los significados que acompañan a este hecho histórico, conscientes de que "nos movemos en un terreno de gran densidad simbólica, que ha terminado por sepultar los hechos históricos", afirma el internacionalista Luis Alfonso Gómez.


La división de Alemania se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Como parte de los castigos impuestos a esta nación por su papel en el conflicto, los países aliados la dividieron en 4 zonas de ocupación, las cuales se convirtieron en dos: la República Federal Alemana (RFA), dirigida por Reino Unido, Francia y Estados Unidos y la República Democrática Alemana (RDA), dirigida por la URSS.


Ambos territorios representaban poderes e ideologías de la llamada Guerra Fría: por un lado, Estados Unidos en defensa del capitalismo y por el otro, la URSS encabezando al socialismo.


El 13 de agosto de 1961, la RDA comenzó a construir una muralla para impedir la migración de sus habitantes al lado occidental.


Con el tiempo el Muro de Berlín se fue transformando. "Al inicio contaba con postes de hormigón, barreras de alambre de púas y vallas; después tuvo torres de control, sistemas de alarma, reflectores y perros guardianes", cuenta Gómez.


Fueron 28 años los que duró esta división. En 1985 Mijaíl Gorbachov subió al poder del Comité Central Partido Comunista de la URSS y, teniendo por objetivo reformar el sistema socialista, implementó una serie de transformaciones políticas y económicas a las que llamó Perestroika y Glásnost.


"Wir sind das Volk!, Wir sind ein Volk!" ("Nosotros somos el pueblo", "Somos un pueblo"), eran las consignas de los manifestantes contra Alemania del Este, refiere Luis Alfonso Gómez. Cuando el gobierno de "Alemania roja" informa de la apertura de sus fronteras, el 9 de noviembre de 1989, como consecuencia de las demandas ciudadanas y los cambios políticos del momento, los alemanes se lanzaron al muro para atravesarlo, romperlo o intervenirlo con consignas y pinturas.


La noticia trascendió fronteras. A México llegó a través de teletipos; unas máquinas telegráficas que imprimían la información en rollos de papel. Adriana Barraza, entonces reportera del desaparecido diario electrónico Tevescom, recuerda con emoción haber cortado "el cable" o "despacho" (fragmento de papel que tenía impresa información) con una regla.


Mientras tanto, en la televisión se trasmitían las imágenes que hasta la fecha acompañan el recuerdo de este suceso: gente con picos rompiendo el muro, familias rencontrándose y jóvenes celebrando.


"En esa época Estados Unidos tenía mucha preminencia, el discurso era ¡¡ganamos!! No se hablaba de otra cosa… aunque la gente de a pie no decía 'ganó el capitalismo', sino ?ganó la libertad, la democracia'", afirma Barraza, convencida de que la posición de México respecto a Estados Unidos determinó nuestra postura como país.


Por otro lado, Luis Alfonso Gómez, quien actualmente estudia un doctorado en la Universidad de Heidelberg, Alemania, opina que "la caída del Muro de Berlín se leyó más bien desde una idea de reconciliación con su propia historia".


Más allá de las interpretaciones según la conveniencia de cada quien, la caída del Muro de Berlín marcó un antes y un después en la historia reciente: "con esto se da por terminada la Guerra Fría, acaba el mundo bipolar y empieza el multipolar", dice Adriana Barraza.


Uno de los fragmentos del muro arribó a México casi un año después para ser exhibido en un museo particular, en la Ciudad de México. En 2018 lo adquirió el Museo de Memoria y Tolerancia, donde fue restaurado y actualmente puede ser visitado por quienes quieran presenciar de cerca un rastro de la historia.



« Redacción »