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Internacional Latinoamérica


Descartada lucha armada en Nicaragua: Dora María Téllez


Publicación:13-12-2019
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Sostiene que es necesario "quebrar un ciclo de violencia de dictaduras y guerras civiles que ha vivido Nicaragua.

Managua.- En estos momentos decisivos para el pueblo nicaragüense y su resistencia pacífica para sacar del poder a la “dictadura” de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, "la lucha armada está absolutamente descartada", afirma en entrevista exclusiva con Notimex la excomandante sandinista Dora María Téllez.

"La opción que hemos tomado como pueblo ha sido la lucha cívica, la lucha armada no tiene ninguna razón de ser en estas circunstancias contra esta dictadura, la lucha cívica va a ser capaz de derrotar a la dictadura Ortega-Murillo", enfatiza la exjefa guerrillera, quien fue una de las principales mujeres protagonistas en el triunfo de la Revolución Sandinista a finales de los años 70.

Sostiene que es necesario "quebrar un ciclo de violencia de dictaduras y guerras civiles que ha vivido Nicaragua. Este es un momento en el cual el pueblo nicaragüense ha decidido detener ese ciclo y por eso la importancia de la lucha cívica es tan alta".

Durante el siglo XX Nicaragua vivió guerras, golpes militares, revoluciones, dictaduras, enfrentamientos entre liberales y conservadores, la lucha de Augusto C. Sandino contra la invasión de tropas estadunidenses (1927-1934), la imposición de la dictadura de la familia Somoza (1934-1979), la revolución sandinista (1961-1979), la guerra entre sandinistas y contrarrevolucionarios (1979-1988), y en la actualidad contra un gobierno autoritario.

"Este es un momento en el cual el pueblo nicaragüense ha decidido detener ese ciclo y por eso la importancia de la lucha cívica es tan alta, así que está completa y absolutamente descartada cualquier lucha armada".

Apenas frisaba los 20 año de vida y Dora María Téllez ya militaba con la guerrilla sandinista. En poco tiempo llegó a ser la jefa político-militar de centenares de muchachos y muchachas que se habían ido a la clandestinidad para tomar las armas y derrocar a la dictadura de Anastasio Somoza.

Al hacer un balance de 2019, y a casi dos años de haber estallado la crisis social y política en Nicaragua, el 19 de abril de 2018, Téllez señala que este año "quedó de manifiesto la incapacidad absoluta de la dictadura de la familia Ortega-Murillo para ejercer el control autoritario sobre el país".

"En las circunstancias actuales el régimen Ortega-Murillo manda, pero no gobierna. Se mantiene sobre la base de la represión policial de fuerzas paramilitares, de grupos de choque, pero más allá de ejercer la represión, simplemente ha perdido completamente la capacidad de gobernar".

Lucha cívica y resistencia popular: el camino

Téllez destaca la importancia de la lucha cívica. "Hay una resistencia continua del pueblo nicaragüense y ésta se ha manifestado de diversas formas. Desde esparcir globos, papeles de colores, plantones, piquetes, huelgas de hambre, misas, actividades religiosas, manifestaciones en redes sociales, en las calles, en todas partes".

En los casi dos años de lucha cívica "se ha puesto de manifiesto que el pueblo nicaragüense no está dispuesto a tolerar la imposición de esta dictadura por mucho tiempo y que tiene un límite", dice con firmeza la exjefa guerrillera.

Desde el 19 de abril de 2018, cuando estallaron las protestas en contra del gobierno de Ortega-Murillo, la represión de la policía, de los grupos paramilitares y de civiles afines al régimen ha dejado un saldo de más de 300 muertos, principalmente estudiantes y jóvenes, centenares de heridos y unos mil presos políticos. Muchos de ellos fueron liberados y posteriormente arrestados o asesinados.

Al menos 100 mil nicaragüenses se han visto obligados a irse a un exilio forzado. De éstos, miles a buscar trabajo y sobrevivir en la vecina Costa Rica.

"Lo anterior ha conducido a una erosión económica del país sumamente grave, porque no hay confianza de los inversionistas, ni nacionales ni extranjeros. Para qué invertir dinero en una Nicaragua en la que no hay Estado de derecho, no hay instituciones y además no hay garantías de estabilidad política y social".

Con gran seguridad, Téllez prevé el futuro de una Nicaragua democrática sin dictaduras ni conflictos bélicos. "El elemento decisivo en el colapso de la dictadura es la resistencia popular. Mientras la resistencia se mantenga casa por casa, calle por calle, ciudad por ciudad, población por población, el régimen va a estar totalmente incapacitado de reconstruir su modelo de poder y no solamente no lo reconstruirá, sino que se irá erosionando".

"El elemento decisivo es la continuidad de la resistencia, el fortalecimiento de la resistencia acompañado de presiones internacionales, de sanciones internacionales y de una actuación beligerante de los países en el contexto de la OEA. Eso va a ir definiendo el final de la dictadura".

Papel de la oposición y elecciones

"En la oposición Azul y Blanco ha habido avances importantes en materia de estructurar un tejido opositor. Éste era de poco alcance antes del 19 de abril de 2018, pero emergieron nuevos movimientos sociales, liderazgos y grupos de acción. El movimiento autoconvocado ha tenido un peso muy importante en contra de la dictadura. El movimiento estudiantil también ha tomado un liderazgo muy importante en este proceso".

"El gran desafío de la oposición ahora está en construir una gran Coalición Nacional con expresiones en todo el territorio nacional, que funcione para seguir haciendo e impulsando la resistencia en el país y que también esté preparado para una salida electoral a la crisis que tiene Nicaragua", expresa Téllez a Notimex.

Y remarca: "los opositores hemos optado por la lucha cívica y entendemos que la salida de esta dictadura tiene que ser mediante unas elecciones justas, libres, transparentes, competitivas, incluyentes y que sean comicios que se realicen de manera adelantada, con una reforma profunda a la ley electoral y al sistema electoral para garantizar que el voto del pueblo nicaragüense sea contado".

"Que esas elecciones abran la transición para la reestructuración y la recomposición democrática de Nicaragua, porque las instituciones están prácticamente destruidas".

"La salida creo que está en el corto plazo. No vamos a ver un desenlace dramático, ya estamos viendo el desenlace, éste se va produciendo día a día toda vez que la dictadura es incapaz de sostener el nivel de represión".

"La imposibilidad de que la represión surta efecto frente a una resistencia sostenida que se mantiene es lo que está determinando el desenlace, que ya se está produciendo, de la dictadura Ortega-Murillo", dice la también historiadora.

El gobierno de Daniel Ortega está aislado

"Al finalizar 2019 nos encontramos a una dictadura aislada a nivel interno, en un proceso de descomposición en sus filas, descomposición de los mecanismos de poder y descomposición de la base que ha sostenido al Orteguismo".

"Estamos hablando entonces de una dictadura aislada a nivel nacional que no ha podido recomponer sus factores de poder, enfrentada ferozmente en las últimas semanas con la iglesia católica, enfrentada con el sector empresarial, con los campesinos, con los sectores sociales diversos y con la población en general".

Por otro lado, afirma la ex comandante, "encontramos a una dictadura totalmente aislada a nivel internacional, ya muy de manifiesto en la última reunión del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA)".

Este aislamiento internacional se ha manifestado en sanciones de Canadá, Estados Unidos y en amenazas de la Unión Europea, que ya aprobó una normativa para ejecutarla. "Las sanciones han sido sanciones individuales que básicamente han contribuido a desarticular los mecanismos de poder del régimen de Ortega", enfatiza Téllez.

El 20 de noviembre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la OEA, solicitó autorización al gobierno nicaragüense para una visita in situ y poder verificar la situación actual de los derechos humanos en el país centroamericano. El gobierno la denegó.

En el reciente informe de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se asentó el grave deterioro de estos derechos en Nicaragua. El gobierno lo rechazó.

"Así nos encontramos a una dictadura aislada totalmente a nivel internacional que no tiene ningún tipo de respaldo, y que se encuentra en una condición económica grave, a la que ha arrastrado al país", concluye Téllez.



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