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Opinión Editorial


Amigas


Publicación:29-07-2019
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De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, “amistad” es “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

Yo añadiría: aunque es necesario cultivar el sentimiento, el lazo se mantiene pese al tiempo y el espacio.

Desde el 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce oficialmente el 30 de julio como el “Día Internacional de la Amistad”, pero el antecedente a esta celebración nace a finales de la década de los 50 en  Sudamérica.

Hay naciones que celebran esta fecha compartiendo tarjetas, regalos y actividades en conjunto.

Nosotros tenemos en México el Día de San Valentín, aunque comercialmente se enfoca en la relación de parejas, más que de amistad.

Una fecha mercantil más, una festividad menos, qué más da. Me sirve de excusa para este ejercicio editorial en que puedo referirme a lo grandioso que es tener amigos que perduran y que aunque la vida nos lleva por equis o ye camino, termina reencontrándonos para hacernos ver que el lazo jamás se rompió, aún en las peores circunstancias.

A decir del filósofo italiano, Alberto Moravia, “la amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea”. Es verdad; de acuerdo con Facebook yo tengo 1,417 “amigos”, y sin embargo muchísimos de ellos, más de la mitad, no lo son.

Quizá las parejas vayan o regresen, pero las amistades estarán para consolarte, compartir tu alegría, alentarte, motivarte.

Los hijos harán su propia vida, pero las y los amigos cercanos, estarán para acompañarte en una tarde nublada o a realizar una caminata, compartirán un café y una amena charla.

¿Lo mejor? Nos conocen a la perfección y aún así, siguen a nuestro lado.

Es por ello que esta aportación quiero dedicarla a cada una de las chicas-seguimos siendo el club de las chicas, a pesar del tiempo- que sin importar nada, han abrazado mis pequeños y grandes problemas.

Aquellas con quienes puedo seguir riendo una y otra vez de chistes pasados de moda, que comparten canciones que algunas vez significaron algo a la hora de estudiar, de tomar el bus y que seguimos repitiendo en el karaoke.

Otras más con quienes compartí mi paso por el colegio, con monjas, misas y con quienes 40 años después seguimos departiendo, riendo, reconociéndonos.

No menosprecio ni hago menos a mis amigos; claro que los tengo, los respeto y admiro; no obstante quisiera hacer este ejercicio de amistad un mix con la sororidad, o lo que es lo mismo, la hermandad entre mujeres.

Y aunque la sororidad se enfoca más a la necesidad de crear vínculos con las mujeres con el fin de eliminar opresiones sociales, me gusta pensar en la hermandad con mis amigas de mis muchos ayeres y de mi presente, chicas jóvenes, bellas e inteligentes que también hacen aportes a mi vida, a quienes admiro y de quienes siempre hay algo por aprender.

Después de todo, como se dice por ahí y se dice bien: las amigas son la familia que uno elige. Gracias por ser y estar.



« Redacción »