banner edicion impresa

Opinión Columna


Lecciones del terremoto 7S en Chiapas


Publicación:28-12-2019
version androidversion iphone

++--

Chiapas sigue vulnerable a desastres

 

Este 5 de diciembre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Chiapas culminaron una colaboración de un año con un protocolo de continuidad de operaciones ante desastres naturales y antrópicos hecho a la medida para el ISSTECH.


El documento es uno de los resultados de un proyecto desarrollado por la OIT para contribuir a fortalecer el tejido social y económico de Chiapas después del sismo 7S (2017), enfocándose en promover la resiliencia y acelerar la recuperación del mercado de trabajo y de la protección social.


El proyecto incluyó actividades como estudios de cadenas de valor para la generación de empleo, capacitación en materia de PyMES y cooperativas, cursos en salud y seguridad en el trabajo y dicho apoyo para el ISSTECH, entre otras.


Entre los trabajos desarrollados por la OIT también se encuentra un Estudio sobre la Protección Social en Chiapas y su respuesta al sismo 7S. Con 16 defunciones, los daños inmediatos a la salud de las y los chiapanecos fueron menores a lo esperado para un sismo de 8.2 con epicentro apenas a 137 kilómetros de la costa de Chiapas.


En cuanto a infraestructura, el 10% de las unidades médicas (178) sufrieron algún tipo de daño, el 2% estructurales. El valor de los daños a instituciones de salud ha sido estimado en 132.5 millones de pesos en el estado.


Se constató que el Estado Mexicano tiene andamiajes institucionales que permiten una mayor resiliencia a los desastres, como el hecho de que distintos programas de protección social a nivel federal cuentan con normativa para responder ante un desastre. El bajo impacto en la infraestructura de salud probablemente se debe a la regulación para edificaciones en salud a partir de experiencias anteriores, como el sismo de 1985.


Reducir la pérdida de empleos y fortalecer la protección social debe estar en el corazón de la planificación frente a futuras emergencias. En este sentido, solamente el 18.7% de la población ocupada tiene un trabajo formal, la puerta de entrada tradicional para prestaciones de protección social como atención médica, pensión, créditos para vivienda, entre otras. No cuentan con protección social clásica los 78.9% que están en la economía informal. Programas no contributivos, como el IMSS-Bienestar y la Salud Pública, atienden un porcentaje de la población. Sin embargo, persiste una brecha de cobertura, que cobra un alto precio en materia de desarrollo y de resiliencia frente a desastres.


El estudio también puso luz en aspectos de gestión, como la necesidad de más capacitación y orientación al personal. Este reaccionó a partir de su experiencia en desastres previos, como el ciclón Stan (2005) y la depresión tropical Matthew (2010). La falta de un protocolo de continuidad de operaciones, especialmente en programas locales, que adapte la normativa de protección civil a la operación de la protección social y salud, fue otro hallazgo, que fundamentó el esfuerzo ora concluido por el ISSTECH para subsanar esta brecha.


Hoy el ISSTECH cuenta con un protocolo en caso de una contingencia para responder con servicios médicos vitales y prestaciones económicas a los derechohabientes y a la población en general.


Chiapas sigue vulnerable a desastres. Lograr la formalización del mercado laboral y extensión de la protección social, además de protocolos como en el caso del ISSTECH permitirá al estado prevenirse mejor y recuperarse más rápido de las tragedias.



« Redacción »
Gerardina González


Publicaciones del autor