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Opinión Columna


Se busca Florescano para México, hoy


Publicación:12-07-2017
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Es mucho lo que se ha publicado esta semana y más lo que se seguirá publicando en adelante a raíz del cumpleaños 80 de Enrique Florescano

 

Y sigue tan campante. Es mucho lo que se ha publicado esta semana y más lo que se seguirá publicando en adelante a raíz del cumpleaños 80 de Enrique Florescano que empezamos a celebrar el sábado 8 de julio. Y es que sigue vivo y en ejercicio tenaz de su magisterio en los campos de la Historia, la Antropología y zonas circunvecinas, sólo por hablar de su propia vasta, original, trascendente obra bibliográfica. Y al entrar en su novena década en plena actividad, se antoja inagotable su energía como animador de la producción de conocimiento en las ciencias sociales y como editor y promotor de la discusión libre y el diálogo interdisciplinario.


Imborrable es además su huella como maestro de vida de sus discípulos, en los términos a la vez relajados y entrañables en que lo registra Héctor Aguilar Camín en La Gaceta del Fondo de Cultura Económica de este mes. Y la verdad es que, como el caminante Juan, el personaje de la etiqueta negra o roja de antes (y hoy de otros colores más), infaltable en tantas y tan animadas, abiertas, plurales tertulias organizadas por Enrique y su compañera Alejandra Moreno Toscano, el historiador llega a los 80 y sigue tan campante.


Pero en estas celebraciones no puedo dejar reivindicar su papel de verdadero conductor intelectual en los años aciagos del trauma post 2 de octubre del 68, años de aturdimiento, desmoralización, violencia política y nuevas represiones, pero también de búsquedas de salidas políticas, racionales, democráticas a aquellos tiempos críticos. Fue en aquellos años de su cargo como director, desde 1971, del Departamento de Estudios Históricos del INAH, que Florescano congregó, con Pablo González Casanova, a un potente grupo de investigadores y pensadores de una amplia gama multidisciplinaria.


El México, hoy, del ayer. Con ellos fue posible la publicación, hacia finales de esa década , de propuestas clave para la comprensión de aquel momento del país, así como de algunas de las opciones que se abrían para transitar hacia delante. Con el sello de Siglo XXI se publicó México, hoy, con un afán de esclarecimiento y un reparto poderoso que cubría algunos de los principales campos del saber: la Filosofía (Luis Villoro, Carlos Pereyra), la Historia (Alejandra Moreno Toscano y el propio Florescano) la Economía (José Blanco, Rolando Cordera, Armando Labra), la Antropología (Guillermo Bonfil, Arturo Warman), la ciencia política (Arnaldo Córdova y González Casanova), la educación (Olac Fuentes), la salud (Daniel López Acuña), las entonces nuevas, todoterreno visiones de los estudios culturales (Carlos Monsiváis), la Comunicación (Fátima Fernámdez Christlieb, Raúl Trejo Delarbre), entre otros más.


Aunque el libro se siguió reimprimiendo en este siglo, parecería evidente que aquel hoy de hace casi cuatro décadas pertenece al ayer, sea porque se avanzó en reclamos como el de la alternancia democrática o porque se involucionó en el reclamo de la seguridad o porque una revolución tecnológica y una reforma en telecomunicaciones cambió el mundo de la comunicación o porque la historia del mundo marchó en un sentido distinto al de las propuestas mayoritarias. Pero sobre todo porque vivimos un México más complejo en un entorno global más complicado aún que el del equilibrio bipolar de entonces.


Se busca. El problema es que no se ve hoy ni remotamente un esfuerzo colectivo de esclarecimiento de la densidad y la calidad de aquel que coordinaron Florescano y González Casanova. Y quizás su necesidad es más apremiante en un país que no ha logrado procesar eficientemente el paso de un antiguo régimen de certezas y acuerdos enfrentado a sus alternativas 'transicionistas', al mundo de las incertidumbres y la fragmentación y polarización de sus opciones. De allí la urgencia de un aviso acaso todavía oportuno con un 'se busca un Florescano capaz de re articular una empresa colectiva de reflexión para iluminar la coyuntura y trazar futuros deseables y posibles': el México, hoy, de hoy. ¿Será el mismo?



« Redacción »