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Exigen justicia para los jóvenes del 68


Publicación:03-10-2019
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Los jóvenes de hoy toman las calles, como hace 51 años

CIUDAD DE MÉXICO.- A 51 años, cientos lo recordaron y no olvidan ni perdonan, dicen. Marcharon de Tlatelolco al Zócalo de la Ciudad de México, un lugar que hace medio siglo estaba vetado para la manifestación social, y exigieron una y otra vez "justicia".
Benito Martínez participó ayer miércoles, de manera pacífica para repudiar la represión del Estado contra la sociedad mexicana en 1968. Gritó una y otra vez: "El 2 de octubre no se olvida". Caminó firme, detrás del Comité del 68, de los familiares de los 43 de Ayotzinapa, de estudiantes de escuelas campesinas, de la UNAM y del IPN.
Martínez dice: "Fui estudiante de la Prepa 7 de la UNAM y formé parte del Consejo Nacional de Huelga del 68. Recuerdo que el 2 de octubre de 1968 me dirigía a la Plaza de las Tres Culturas y cuando llegué a la que entonces era la sede de la Cancillería ya empezaba la masacre, se escuchaban las balas".
Más de medio siglo después Benito grita pidiendo justicia por sus compañeros muertos. No estuvo solo, en la movilización participaron miles de jóvenes que asumieron como propia la demanda de justicia por el 68 y exigieron seguridad y fustigaban la creación de la Guardia Nacional.
Hace calor, el sol pega de lleno en el flanco derecho de quienes marchan, son casi las 5 de la tarde. Los jóvenes de hoy, que recuerdan a los de hace 51 años, llevan en sus brazos figuras de tanques militares, cargan mantas, letreros, banderas como las que usó la generación del 68 en las mismas calles y otras donde recuerdan la violencia y desasosiego actual.
Caminan tres horas. La mayoría en paz, pero avanzada la marcha, en la calle de 5 de Mayo, pocos hacían pintas, agredían a los ciudadanos, a periodistas, destrozaban mobiliario público, vidrios, rompían con sus agresiones los "cinturones de paz" integrados por funcionarios del gobierno de la Ciudad de México.
"¡Sin violencia, sin violencia, sin violencia!", les gritaban, pero no paraban. Estudiantes criticaban a los encapuchados que se autodefinen "anarquistas".
Los jóvenes de hace 51 años marcharon orgullosos, recordando a sus compañeros, a los que murieron entonces y a los que se fueron después.
Llegaron al Zócalo, escucharon el mensaje de exigencia de justicia y se retiraron... mientras, los grupos anarquistas exigían la liberación de sus compañeros detenidos... Ellos siguieron su protesta.



« El Universal »