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Repunte de inseguridad disminuye percepción de felicidad

Repunte de inseguridad disminuye percepción de felicidad


Publicación:20-03-2022
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Falta de contacto humano por pandemia, otra causa

CIUDAD DE MÉXICO.- El incremento en los índices de inseguridad provocó que los mexicanos se sientan menos felices, indicaron académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México durante la videoconferencia "¿De qué depende la felicidad de los mexicanos?". En el marco del Día Internacional de la Felicidad celebrado este 20 de marzo, los investigadores de la UNAM recordaron que hace algunos años México se ubicó entre los países más felices del mundo; sin embargo, esta percepción de felicidad disminuyó a consecuencia de la pandemia. De acuerdo con el índice de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2019), México se situó en la posición 23 antes de la pandemia y actualmente es más bajo.
Alonso González Oscoy, docente de la Facultad de Psicología señaló que esto se debe principalmente a la pérdida de la seguridad económica, de salud y, sobre todo, al recrudecimiento de la violencia intrafamiliar y doméstica en los meses de confinamiento, así como al repunte de la delincuencia organizada.
Entidades como Baja California y Baja California Sur reportaron un nivel de felicidad superior a estados como Sonora, Chihuahua o Coahuila, donde la inseguridad social está presente. "La delincuencia organizada disminuye mucho la percepción de la felicidad".
Beatriz Georgina Montemayor Flores, del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina, coincidió en que a la situación de riesgo hay que sumar los efectos de la pandemia: pérdida de personas queridas y, en especial, el estado de incertidumbre que prevalece. "A los seres humanos nos gusta creer que tenemos la certeza de lo que va a suceder". De acuerdo con la académica, para ser felices necesitamos hacer lo que nos gusta de manera responsable.

Falta de contacto humano por pandemia, otra causa
Por su parte, González Oscoy comentó la importancia del contacto entre seres humanos y al no tenerlo durante la pandemia, se generó una sensación de tristeza, principalmente entre los adultos mayores que vieron suspendidas las visitas de sus hijos y nietos.
Montemayor Flores explicó que el estado de felicidad depende en buena medida de la voluntad y los hábitos, de encontrar el lugar donde estamos a gusto y donde debemos cumplir nuestros objetivos. "Más que un concepto que podemos definir, es una construcción que cambia con el paso de la vida".
La académica abundó en la importancia de tener una existencia activa y con un propósito para que la regulación y equilibrio de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, nos asegure tiempo de felicidad. Hay que rodearnos de gente que nos quiere y querer a la que tenemos cerca, participar en proyectos y alcanzar pequeños objetivos; todo ello nos ayuda a crear la costumbre de la felicidad.
González Oscoy recordó que con cada persona hay una construcción y un deseo de este estado de ánimo; a partir de la Filosofía, Psicología, Neurociencias o Antropología se busca identificar elementos comunes. "El estado permanente de la misma es ilusorio; se va transformando y muchas veces cambia hacia el bienestar".
Para ser felices, los expertos recomendaron estar cerca de personas positivas y que nos quieren; hacer ejercicio para producir endorfinas; saber qué se quiere en la vida y establecer un plan para lograrlo.


« El Universal »