Vigencia del zapatismo

México.— El zapatismo continúa vigente, ya que México es un país que busca hacerle justicia a los campesinos e indígenas, a los sectores y movimientos populares a lo largo del siglo XX y en épocas actuales, consideró el historiador Felipe Ávila. 

      Durante el debate "A cien años de Zapata", dijo que sin este movimiento la Revolución mexicana hubiera sido una revolución política, un cambio de gobierno o la sustitución de la dictadura de Porfirio Díaz por un gobierno democrático, encabezado por Francisco I. Madero, pero no una transformación profunda de las estructuras económicas y sociales de la nación.  

      En el encuentro realizado en el marco de la décimo novena edición de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad, el especialista mencionó que dicho movimiento estableció una reforma agraria, así como una Ley del Trabajo, el derecho a laborar y disfrutar del fruto de este, elimando la explotación y opresión de la época, además de una ley educativa y una serie de propuestas novedosas y adelantadas a su tiempo. 

       También, agregó Ávila, el derecho de los ciudadanos a revocar el mandato a un funcionario o representante popular que no cumplía con sus responsabilidades, así como mejoras en la condición de la mujer y su derechos políticos. En la misma época se dio el primer caso de reconocimiento sexual a Amelia Robles, quien se convirtió en el primer caso de cambio de género reconocido dentro del Ejército mexicano, al convertirse en Amelio Robles. 

      "Por eso, el zapatismo dejó una profunda huella en la historia de México, por eso a 100 años de que Emiliano Zapata fue asesinado a traición, mediante un crimen de Estado, orquestado desde las más altas esferas del poder político nacional, seguimos recordándolo, discutiendo sobre lo que hizo, sobre lo que planteó, lo que soñó y, por eso, el pueblo de México lo recuerda como un gran mexicano", aseguró. 

      En tanto, el académico y escritor Armando Bartra comentó que la aportación de este movimiento no solo fue a la Revolución mexicana, sino también a procesos que “sin duda llegan a nuestros días. Casi todas las aportaciones que hizo a la Convención Soberana, a la Revolucionaria y a la de Aguascalientes, son todavía muy válidas para el día hoy”.